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Una azul-aventura no exenta de defectos. Review de I Puffi Dreams

Gargamel, siempre malvado, ha ideado un nuevo plan para descubrir la ubicación del pueblo de los Pitufos: ha esparcido un somnífero mágico sobre sus amadas pitufofrutas durante la noche, de modo que, al momento del desayuno, todos caigan en un profundo sueño lleno de sueños que el hechicero puede rastrear con su atrapa-sueños y así llegar al pueblo. Sin embargo, el Gran Pitufo, que evidentemente se conforma con un pitufo-café por la mañana, se da cuenta del engaño y rápidamente crea un cojín mágico que permite sumergirse en el Mar Astral de los Sueños y acceder al mundo onírico de los diferentes Pitufos para despertarlos uno a uno. Pero, ¿quién enviará en misión? ¡El Pitufo y/o la Pitufo interpretados por los Jugadores, por supuesto! Los únicos dos que, evidentemente, esta mañana aún no habían desayunado.

Pitufo Dreams se presenta como un juego de plataformas con marcados elementos de puzle. En muchos aspectos, su diseño recuerda a producciones clásicas, comenzando por la cámara fija que hace que el stick analógico derecho sea inerte, pero que resulta fundamental para resolver ciertos enigmas. Los controles básicos son el botón de salto y el de carrera, dos acciones comunes que, sin embargo, han sido implementadas de manera bastante interesante: al presionar el botón de salto en el aire, el Pitufo (usaremos el masculino por comodidad, aunque se pueda elegir el modelo femenino) moverá brazos y piernas para alargar la trayectoria, mientras que al presionar el botón de carrera se rodeará de una burbuja que lo mantendrá suspendido en el aire durante unos segundos. Por último, al saltar mientras está en la burbuja, realizará un salto hacia adelante; esta maniobra avanzada no se presenta en el tutorial y, aunque no es esencial para completar el juego, sí es útil para alcanzar áreas secretas. Si se domina, puede ayudar mucho en las sesiones de plataformas.

Un botón adicional permitirá recoger objetos y utilizarlos: estos van desde bayas explosivas que podemos lanzar contra enemigos o ciertas paredes, hasta llaves que debemos llevar hasta sus cerraduras, e incluso verdaderos ítems como el Martillo del Constructor, el Rifle de Melaza o la Linterna. El primer objeto puede derribar obstáculos y construir estructuras al estilo LEGO o Minecraft; el segundo es fundamental para activar interruptores de otro modo inalcanzables; y el tercero puede hacer aparecer o desaparecer ciertas superficies (plataformas u obstáculos), dándoles consistencia al mismo tiempo. La realización técnica de Los Pitufos: Dreams es, en una palabra, excelente. No estamos hablando de un fotorealismo típico de grandes producciones AAA, pero hay que recordar que es un juego basado en los Pitufos, orientado a un público juvenil. Los chicos de Microids y Ocellus Studios optaron por el sólido Unreal Engine para crear el mundo onírico que presenta el juego, y esta elección no fue excesiva en absoluto: especialmente en los cuatro sueños principales —los de Chef, Pitufo, Vanidoso y el final, que no queremos spoilear— los entornos, las tomas, los efectos, los fondos y, en general, todo lo que nos rodea parece realmente salido del mundo mágico de los Pitufos.

Todo con una realización excelente de los modelos y texturas, funcionando de manera fluida incluso en la querida y clásica PS4. La cámara fija facilita la labor del motor gráfico, pero incluso en los ocasionales planos largos, el detalle y la fluidez se mantienen óptimos. Y si la gráfica nos convenció, lo que realmente nos sorprendió fue la excelente decisión de hacer el juego independiente del idioma: los personajes nunca hablan, no hay ni una línea de diálogo ni doblaje, y los tutoriales se presentan mediante carteles con íconos de comandos y representaciones de las acciones. El único texto presente es el de los menús del juego, que está perfectamente traducido al español. A pesar de la ausencia de mensajes directos, el juego es completamente comprensible tanto en las mecánicas de juego como en la trama. ¿Dónde encontrar una solución así en 2024? Los Pitufos: Dreams nos propone despertar a todos los Pitufos del pueblo, pero en realidad limita la aventura a los cuatro sueños principales, cada uno dividido en varios capítulos, más otros ocho mini-sueños que se desbloquean al recolectar suficientes Hongos Astrales repartidos por los diferentes niveles.

Cada sueño principal tiene su propio enfoque: en el de Chef, exploramos un mundo de pasteles, profiteroles y dulces; el de Vanidoso es un hermoso palacio lleno de estatuas y espejos (las secciones donde los obstáculos y plataformas son visibles solo a través del espejo son maravillosas); y el de Pitufo comienza en una hermosa playa tropical para luego convertirse en una tormenta aterradora a medida que se adentra en su psique fragmentada (para quienes no lo sepan, Pitufo originalmente fue creado como un ser malvado por Gargamel… ¡esto es puff-historia, gente!). Los mini-sueños, en cambio, tienen un enfoque más genérico, si se quiere “plano”, y en general retoman las mecánicas de los tres sueños principales, pero con un enfoque particular en los elementos de puzle, culminando en un cuarto sueño que resume todo, hasta el épico enfrentamiento final con Gargamel (¡nunca lo habíamos visto tan amenazante!). Todo se completa en 6-8 horas y, para los completistas, podrían ser necesarias un par de horas más para recolectar todos los hongos, hilos necesarios para los trajes alternativos y, en resumen, completar el juego al 100%, a excepción de dos o tres trofeos especiales que no son particularmente difíciles de conseguir.

No es la mayor longevidad del universo y el nivel de dificultad es bastante modesto, pero repetimos que se trata de un juego con una jugabilidad de la vieja escuela, orientado a un público más joven, además de ofrecer la posibilidad de jugar en cooperativo local, permitiendo que un padre o un hermano mayor acompañe a un niño en su aventura.

70
Description
En conclusión, podemos afirmar que estamos completamente satisfechos con Los Pitufos: Dreams: Microids y Ocellus Studios han sabido captar la esencia de la obra de Peyo y crear un juego con un aire clásico y un tono amable, pero lleno de detalles y sorpresas que no son nada triviales. ¡Buen trabajo!
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Pedro:
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