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Cuando los estudios independientes deciden alejarse de las grandes compañías y emprender su propio camino, siempre es interesante ver cómo aplican todo lo aprendido en sus proyectos. En general, cuando logran reinterpretar dinámicas conocidas sin caer en excesos y buscan algo más directo, el resultado suele ser un juego bien elaborado. Yellow Brick Games, un estudio creado por exmiembros de Ubisoft Canadá, es un claro ejemplo de este enfoque. Con su primer juego, buscan retar a los gigantes de la industria. ¿Y en qué consiste su propuesta? Pues bien, la historia nos lleva a enfrentarnos a enormes criaturas, como en Shadow of the Colossus.

Eternal Strands es un juego de acción y aventura en tercera persona. La trama se desarrolla en un mundo donde una civilización avanzada llamada Enclave logró aislarse del resto del mundo mediante un poderoso hechizo protector, tras haber sufrido devastadoras guerras. Con el tiempo, Enclave fue olvidada, y el resto del mundo perdió todo contacto con ella. Así es como, en la actualidad, un grupo de exploradores —en el que estamos nosotros— llega a este territorio olvidado tras escapar de un ataque de dragón. Al refugiarnos dentro de la zona protegida por el hechizo, comenzamos a descubrir los secretos de este misterioso lugar mientras luchamos por sobrevivir. El personaje principal que controlamos, Brynn, es una guerrera extremadamente hábil. Desde escalar paredes hasta dominar poderes telequinéticos y elementales, tiene todas las habilidades necesarias para enfrentarse a los desafíos. En el universo de Eternal Strands, estos personajes se llaman Point y son los encargados de mantener el orden, derrotar monstruos y recolectar recursos. A lo largo del juego, nos movemos por el mundo, exploramos, recolectamos materiales y ayudamos a mejorar nuestro campamento, que funciona como nuestro centro de operaciones principal.

El campamento no solo sirve para avanzar en la historia, sino también para interactuar con los otros miembros del equipo, cada uno con un rol único: herrero, alquimista, mago, etc. Aunque el sistema de diálogo es bastante simple y las conversaciones se muestran mediante imágenes estáticas de los personajes, lo realmente destacable es el trabajo de las voces, que realmente dan vida a los personajes. A pesar de que las conversaciones pueden llegar a sentirse algo largas, en general, las relaciones entre los personajes son entretenidas y tienen un toque emocional similar al de una serie de Netflix. En cuanto al mundo exterior, Eternal Strands presenta mapas divididos en áreas interconectadas, mayormente separadas por portales mágicos. Cada una de estas zonas tiene sus propios retos, como climas extremos que afectan la jugabilidad: temperaturas congelantes que ralentizan nuestros movimientos o climas áridos donde el fuego es un peligro constante. El crafting (producción de objetos) es clave para sobrevivir en este mundo, ya que los materiales que recolectemos influirán directamente en la resistencia de nuestros equipos y armas.

A lo largo del juego, también nos enfrentamos a gigantescos enemigos. Algunos de estos titanes pueden lanzarnos por los aires o aplastarnos con piedras, pero, al igual que en Shadow of the Colossus, podemos derrotarlos al destruir sus puntos débiles. La mecánica de combate requiere tanto ataques directos como el uso estratégico del entorno y nuestras habilidades. Sin embargo, la repetición de misiones y tareas puede volverse monótona después de un tiempo. Aunque los mapas son hermosos y detallados, el ciclo de ir de un mapa a otro cumpliendo objetivos similares acaba volviéndose una rutina. La falta de variedad en los enemigos y las tareas puede hacer que, después de varias horas, la experiencia pierda frescura. Además, los controles, aunque en principio son intuitivos, pueden resultar frustrantes en algunas situaciones, especialmente cuando cometemos errores debido a la falta de una curva de aprendizaje más suave.
A pesar de estas falencias, puedo decir que disfruté jugando Eternal Strands. La libertad para explorar, escalar y resolver problemas de manera creativa hace que sea un juego entretenido en sus primeros compases. No obstante, a medida que avanzamos, la falta de variedad y la extensión innecesaria de algunas mecánicas empiezan a restar emoción. En definitiva, es un juego con mucho potencial, pero que podría haberse beneficiado de una mejor optimización para mantener la emoción y fluidez durante toda la experiencia.