Una de las escenas más icónicas y enternecedoras de todo The Last of Us 2 fue el baile entre Ellie y Dina: no solo es un anticipo a la tormenta emocional que será más adelante el juego, sino que nos muestra un contexto distinto, alejado de la imperturbable violencia, en el que vivían la protagonista y otros pobladores de Jackson. Pero ¿sabías que esta escena estuvo a punto de ser jugable? Incluso iba a incluir una interacción con su exnovia.
El famoso baile del que hablamos ocurre en Jackson, durante una noche festiva en la que Ellie, Dina y otros habitantes se reúnen para celebrar en comunidad: una escena ya icónica porque nos presenta un momento de respiro antes de que todo se desmorone.
Es ahí donde ambas comparten su primer beso, en medio de una pista, rodeadas de música, luces cálidas y la desaprobación de algunos adultos: un momento íntimo que no solo fortalece su vínculo, sino que nos muestra que, en medio del horror, aún hay espacio para el amor. Pero lo interesante es que las cosas pudieron ser muy distintas.
Originalmente, Naughty Dog había planeado que esta secuencia fuera completamente jugable. Ellie iba a explorar Jackson antes de llegar al baile, con todo un diseño de nivel creado para recorrer el pueblo, pasar por la iglesia e incluso tomarse unos tragos en casa. Podías mezclar bebidas, jugar con niños usando el Modo Escucha y, en medio de esa atmósfera, encontrarte con Cat: su exnovia.
Cat sería presentada como una chica asiática, llena de tatuajes (ella es quien le hizo el icónico tatuaje a Ellie), con quien podías tener una conversación coqueta y un poco sarcástica mientras fumaba en una esquina del salón. Todo esto fue descartado porque, aunque era excelente para el world-building, según los creadores del juego no aportaba realmente a la narrativa central. Así que el equipo decidió que mostrar primero las escenas clave entre Joel y Ellie tenía más sentido estructuralmente.