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La adaptación cinematográfica de Borderlands, estrenada en 2024, no logró conquistar las salas de cine y fue considerada un fracaso en taquilla después de un largo período de desarrollo y expectativas. Sin embargo, aunque el resultado en el cine no fue el esperado, esta incursión en la pantalla grande trajo un beneficio inesperado para la franquicia de videojuegos.
Según el CEO de Take-Two Interactive, Strauss Zelnick, la película ayudó a impulsar las ventas de los títulos de Borderlands, demostrando que, incluso ante el fracaso, la atención pública puede generar efectos positivos.
Esta reacción ha sorprendido tanto a los analistas como a los fans de la franquicia, quienes no esperaban que un recibimiento negativo en cine pudiera traducirse en un aumento de ventas en videojuegos. El director ejecutivo de Take-Two destacó que este fenómeno pone en evidencia la complejidad de trasladar una propiedad intelectual de los videojuegos a otros medios, un desafío que ha sido recurrente en la industria.
En lugar de catapultar a la franquicia Borderlands a nuevas audiencias como se había previsto, el pobre desempeño de la película en taquilla podría haber tenido el efecto contrario: muchos espectadores y gamers potenciales, al ver una versión menos satisfactoria en la pantalla grande, decidieron acudir a las versiones originales de la historia, representadas por los videojuegos.
Mientras tanto, los fanáticos tienen otra razón para entusiasmarse, ya que Borderlands 4, la próxima entrega de la saga, está programada para su lanzamiento en 2025. Esta secuela, que promete continuar la experiencia de búsqueda de tesoros y combates en un universo único, parece un paso seguro para Take-Two, manteniendo la franquicia en su terreno más sólido y donde ha demostrado ser un éxito seguro.