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Algunos juegos tienen esa cualidad única de dejarnos una impresión duradera, incluso mucho después de haberlos completado. Aunque puedan habernos entretenido en su momento, con el paso del tiempo muchos caen en el olvido. Pero luego están esos juegos que, de alguna manera, se quedan en nuestro corazón y mente. Broken Sword es uno de esos títulos para mí. Han pasado casi 25 años desde que lo terminé por primera vez, pero aún lo instalo de vez en cuando y disfruto de su historia y mecánicas con la misma pasión que la primera vez.
En Broken Sword, encarnamos a George Stobbart, un hombre común cuya vida da un giro inesperado cuando se ve involucrado en un atentado con bomba en París. A partir de este suceso, George decide tomar el asunto en sus propias manos, embarcándose en una investigación que lo llevará a descubrir una antigua conspiración que abarca siglos de historia, entrelazando a los misteriosos Caballeros Templarios y los Hashshashin. La historia no solo es intrigante y llena de giros, sino que el juego destaca por sus diálogos inteligentes y un tono humorístico que hace que cada momento sea agradable, incluso en medio del misterio y el peligro. Además, el encuentro de George con Nico, una periodista inteligente y astuta, suma una dinámica que hace la experiencia aún más envolvente.
Broken Sword es un juego de aventura clásico, basado en la exploración, la interacción con personajes y la resolución de puzzles. Usamos el puntero del ratón para mover a los personajes, hablar con los NPCs y recoger objetos que más tarde nos ayudarán a superar los obstáculos que se nos presentan. Lo que hace que este título se distinga de otros en el género es la calidad de su diseño en todos los aspectos: sus puzzles son lógicos y gratificantes, y la narrativa está cuidadosamente escrita, manteniendo al jugador interesado en todo momento. Lo que más resalta de Broken Sword es la impecable calidad de su realización. Los puzzles están perfectamente integrados en la historia y nunca se sienten forzados. No hay acertijos absurdos ni resoluciones ilógicas que rompan la inmersión; todo está bien planteado para mantener el flujo de la aventura.
Aunque el juego ya había sido remasterizado anteriormente con el título Director’s Cut, Reforged lleva la experiencia a un nivel completamente nuevo. Los gráficos han sido completamente rediseñados, lo que incluye la creación de más de 30,000 nuevas ilustraciones, animaciones mejoradas y nuevos efectos de luz y sombra. El resultado es una experiencia visual que hace sentir que estamos jugando un título completamente nuevo, pero con toda la magia del original. Además, el juego permite alternar entre los gráficos originales y los renovados con solo presionar un botón, lo que es un detalle muy apreciado por los fanáticos más veteranos. Además de los gráficos mejorados, se ha añadido un sistema de pistas para ayudar a los jugadores a superar los momentos más complicados, evitando tener que recurrir a guías externas. También se ha implementado un sistema de guardado automático, lo que elimina la frustración de tener que repetir secciones del juego tras un fallo inesperado.
Broken Sword: Reforged también introduce nuevos modos de juego, como el modo “Clásico”, que ofrece la experiencia original tal y como la recordamos, y el modo “Historia”, que simplifica la jugabilidad y la hace más accesible para los jugadores que prefieren una experiencia menos desafiante. A su vez, el juego ofrece opciones para personalizar la experiencia, como la posibilidad de activar o desactivar las pistas o acelerar las transiciones de pantalla. Aunque Broken Sword: Reforged es una actualización espectacular en muchos aspectos, no está exento de algunas pequeñas imperfecciones. Las voces originales del primer juego, aunque remasterizadas, aún suenan algo apagadas en comparación con las grabaciones modernas.